El convento de Santa Clara de Almendralejo se fundó el 22 de diciembre del año 1702. En sus inicios contaba con doce hermanas, todas ellas hijas del pueblo de Almendralejo.

La historia de la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, más conocidas como Hermanas Clarisas, arranca a principios del siglo XIII, cuando san Francisco y santa Clara de Asís comenzaron su gran aventura de seguir a Jesús pobre, casto y obediente, tratando así de vivir el Evangelio de una manera distinta y apasionada para devolver a la Iglesia esa frescura que brota de la vivencia enamorada de la Buena Noticia de Jesús.

Nuestra forma de vida está marcada por la contemplación, por la búsqueda apasionada del rostro de Dios, por el gozo de vivir el gran don de la fraternidad y por la experiencia transformadora del Evangelio, todo ello en un clima de profunda alegría. Y nuestra misión se refleja en nuestra vida cotidiana, la cual consiste en la sencillez de dejarse llenar de Dios en la oración y en la contemplación, con el fin de darlo después a los demás mediante nuestra oración de intercesión y nuestra entrega total a quien totalmente se entregó antes por nosotros, compartiendo cuanto tenemos con los más necesitados.

Nuestra fraternidad elabora exquisitos dulces artesanales, como las famosas "Yemas de Santa Clara" o los "Corazones de almendra". Por último, en la capilla de nuestro convento vivimos a diario el gran milagro de tener expuesto el Santísimo Sacramento durante las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Por ello, desde aquí invitamos a todos a disfrutar de esta experiencia de cielo en la tierra, de la enorme alegría que supone adorar a Jesús Eucaristía.

Nuestra fraternidad elabora exquisitos dulces artesanales, como las famosas "Yemas de Santa Clara" o los "Corazones de almendra". Por último, en la capilla de nuestro convento vivimos a diario el gran milagro de tener expuesto el Santísimo Sacramento durante las veinticuatro horas del día, todos los días del año. Por ello, desde aquí invitamos a todos a disfrutar de esta experiencia de cielo en la tierra, de la enorme alegría que supone adorar a Jesús Eucaristía.